Un modelo bancario tradicional en un PECO (país de Europa Central y Oriental)
Consistía en un banco central y varios bancos de propósito e incluso con sus negocios tras los pagos en datafonos, uno que se ocupaba de los ahorros de las personas y de otras necesidades bancarias, y otro que se centraba en actividades financieras extranjeras, etc. El banco central cubrió la mayor parte de las necesidades de las empresas en materia de banca comercial, además de otras funciones.
A finales de los años ochenta, los PECO modificaron esta estructura anterior tomando todas las actividades de banca comercial del banco central y transfiriéndolas a nuevos bancos comerciales. En la mayoría de los países, los nuevos bancos se crearon en función del sector, aunque en Polonia se ha adoptado un enfoque regional.
En general, estos nuevos bancos comerciales, de propiedad de empresas estancadas, controlaban la mayor parte de las transacciones financieras, aunque en Hungría y Polonia se permitieron algunos "bancos de novo". La simple transferencia de los préstamos existentes del banco central a los nuevos bancos comerciales estatales tuvo sus problemas, ya que implicaba la transferencia de activos "buenos" y "malos". Además, la cartera de cada banco se limitaba a la empresa y al sector que se le asignaba y no se le permitía tratar con otras empresas que no fueran de su competencia.
Como los bancos centrales siempre echan por tierra las empresas estatales en problemas, estos bancos comerciales no pueden desempeñar el mismo papel que los bancos comerciales en Occidente. Los bancos comerciales de los PECO no pueden excluir una deuda. Si una empresa no deseaba pagar, la empresa de propiedad estatal recibía históricamente más financiación para cubrir sus dificultades, era muy raro que un banco provocara la quiebra de una empresa. En otras palabras, no se permitió la quiebra de las empresas estatales, principalmente porque habría afectado a los bancos comerciales y a los balances, pero, lo que es más importante, el aumento del desempleo que se produciría a continuación podría haber tenido un alto coste político.
Lo que se necesitaba era que los bancos comerciales limpiaran sus balances, tal vez mediante la compra por parte del gobierno de sus préstamos incobrables con bonos a largo plazo. La adopción de procedimientos contables occidentales también podría beneficiar a los nuevos bancos comerciales.
Este panorama de los bancos comerciales controlados por el Estado ha empezado a cambiar a mediados y finales de los años noventa, cuando los PECO empezaron a darse cuenta de que la transición hacia economías de mercado requería un sector bancario comercial dinámico.
Sin embargo, en este sector todavía hay una serie de cuestiones que deben abordarse. Por ejemplo, en la República Checa el gobierno ha prometido privatizar el sector bancario a partir de 1998. En la actualidad, el sector bancario adolece de una serie de deficiencias. Algunas de las madejas más pequeñas parecen estar enfrentando dificultades a medida que se recupera la competencia en el mercado monetario, lo que pone de relieve su capitalización en picada y la mayor cantidad de negocios de mayor riesgo en los que están involucradas.
También se han planteado cuestiones relativas a la regulación del sector bancario y a los mecanismos de control disponibles. Esto ha dado lugar a la propuesta del gobierno de crear una comisión independiente de valores para regular los mercados de capitales.
El paquete de privatización de los cuatro bancos más grandes de la República Checa, que actualmente controlan alrededor del 60 por ciento de los activos del sector, también permitirá a los bancos extranjeros entrar en un mercado altamente desarrollado donde su influencia ha sido marginal hasta ahora. Se prevé que cada uno de los cuatro bancos se venderá a un solo oferente en un intento de crear un centro regional de la red de un banco extranjero.
Un problema con los cuatro bancos es que la inspección de sus balances puede dar lugar a problemas que podrían reducir el tamaño de cualquier oferta. Los cuatro bancos tienen al menos el 20 por ciento de sus préstamos clasificados, donde no se han pagado intereses durante 30 días o más. Los bancos podrían hacer provisiones para reducir estos préstamos por medio de garantías en su contra, pero en algunos casos los préstamos superan la garantía.
Además, es difícil obtener una imagen precisa del valor de la garantía, ya que la legislación sobre quiebras es ineficaz. La posibilidad de condonar estas deudas incobrables no fue permitida hasta 1996, pero incluso si se sigue esta vía, esto afectará a los activos de los bancos, dejándolos muy cerca del límite inferior del coeficiente de adecuación de capital del 8 por ciento. Además, los bancos "comerciales" se han visto influenciados por la acción del banco nacional, que a principios de 1997 provocó la caída de los precios de los bonos, lo que llevó a una caída de las carteras de bonos de los bancos comerciales. Por lo tanto, el sector bancario de la República Checa aún tiene un largo camino por recorrer.
En Hungría, la privatización del sector bancario está casi terminada. Sin embargo, a principios de 1997 hubo que acordar un paquete de rescate estatal para el segundo mayor banco estatal, Postabank, propiedad indirecta de los principales organismos de la seguridad social y de la oficina de correos, lo que indica la fragilidad de este sector. Al margen de las dificultades experimentadas con Postabank, el sistema bancario húngaro se ha transformado.
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